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Reflexiología XXI

El uno, el dos ...

 

Es indudable que el hombre aprendió a contar antes que escribir pues conocía los eventos estelares, desde la antigüedad era consciente de la posición de los astros y los calendarios lunares. El hombre tuvo muchas razones y situaciones cotidianas que lo impulsaron a tratar de cuantificar todo aquello que le rodeaba, y así es como empezó casi sin darse cuenta un sistema numérico. Se vio forzado a emplear algún método de conteo pues requería saber cuantas ovejas poseía o conejos había cazado e incluso la extensión de terrenos plantados o conquistados. De esta manera realizando sus trabajos cotidianos se descubrió el primer sistema de matemáticas aplicadas. Hay que tener en cuenta que cuando se dedicó a la agricultura tuvo que idear un sistema de medición para poder contar el tiempo que permanecía sembrada la cosecha y tiempo de recogida. En su etapa de comerciante necesito un sistema para fijar el peso, volumen y valor de su producto. El primer sistema de conteo se llevó a cabo por un sencillo marcado de rayas rasgadas tanto en paredes, papiros o marcas en los árboles. Imaginaros que en cada pueblo o tribu utilizaban diferentes formas de conteo con lo que conllevaba que los comerciantes supieran diferentes sistemas de medida. Un paso fundamental fue el proceso de la abstracción matemática y la creación de los símbolos una de las más hermosas creaciones de la inteligencia. Los primeros sistemas reales de numeración que conocemos pertenecen a los egipcios y sumerios, se basaban en que una mano posee cinco dedos y dos manos diez, los egipcios adoptaron su número base en diez mientras que los sumerios adoptaron un sistema sexagesimal. Sesenta constituía la primera gran unidad y se representaba por: sesenta veces sesenta (3600) fue el número más allá del cual no se concebía hallar mas números. Pitágoras hizo una muy buena descripción del número.

“El número es algo cuantitativo que de ante mano se halla presente en todo y no se trata de un continuo cuantitativo infinito: el uno, el dos, el tres… no son cantidades sino determinaciones entre los cuales no existe intervalo infinitamente divisible, sino una oposición en la cual cada uno de los términos es lo que es”.

El principio de todos los números, el 1 contiene a la vez el par y el impar, en realidad el 2 y el 3 no son números sino el principio de par e impar y curiosamente con el 3 se recupera la unidad al formar algo cerrado, pues tres puntos delimitan una figura plana pero solo con el 4 puede constituirse un cuerpo, una figura en el espacio. Cuando alcéis vuestra mirada al cielo nocturno te darás cuenta que todo el universo es geometría.

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